La literatura del Romanticismo fue
un movimiento literario que se inició a fines del siglo XVIII (ca. 1770)
en Alemania, que se dispersó y cultivó por toda Europa hasta fines del
siglo XIX y que continúa ejerciendo su influencia hasta la actualidad.
Este movimiento se opuso al expansivo capitalismo industrial y al racionalismo
ilustrado. Entre sus características principales se encuentran la constante
presencia de temas preindustriales como la naturaleza, los mitos grecolatinos y
medievales. También se caracterizaba por la búsqueda constante de la
originalidad como una forma de contraponerse a la profesionalización del
artista y de la conversión de la obra de arte en una mercancía, dado que los
escritores profesionales se servían de técnicas de escrituras genéricas,
efectivas en el mercado. También se caracterizaba por concebir al artista como
un intermediario entre lo trascendental y lo inmanente; el artista sólo
escribía por la inspiración, también como una forma de oponerse al
profesionalismo en la escritura.
Entre los autores románticos más destacados se encuentran Johann Wolfgang von Goethe, Friedrich Schiller, Friedrich Gottlieb
Klopstock, Percy Bysshe Shelley, John Keats, William Wordsworth y Edgar Allan Poe.
UN CASTELLANO LEAL- Duque de Rivas (Fragmento)
"Soy, señor, vuestro vasallo,
vos sois mi rey en la tierra;
a vos ordenar os cumple
de mi vida y de mi hacienda.
Vuestro soy, vuestra mi casa,
de mí disponed y de ella,
pero no toquéis mi honra,
y respetad mi conciencia.
Mi casa Borbón ocupe
puesto que es voluntad vuestra;
contamine sus paredes,
sus blasones envilezca,
que a mí me sobra en Toledo
donde vivir, sin que tenga
que rozarme con traidores
cuyo solo aliento infesta.
Y en cuanto él deje mi casa,
antes de tornar yo a ella,
purificaré con fuego
sus paredes y sus puertas."
Muy pocos días el duque
hizo mansión en Toledo
del noble conde ocupado
los honrados aposentos.
Y la noche en que el palacio
dejó vacío, partiendo
con su séquito y sus pajes orgulloso y satisfecho,
turbó la apacible luna
un vapor blanco y espeso
que de las altas techumbres
se iba elevando y creciendo.
Resonaron las campanas,
conmovióse todo el pueblo,
de Benavente, el palacio,
presa de las llamas viendo.
Aún hoy, unos viejos muros,
del humo y las llamas negros,
recuerdan acción tan grande
en la famosa Toledo.
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